17/1/12

Pensé que quizá era posible echar a un lado todas las dudas que me torturaban ¿Qué me importaba lo que fuera él más allá de nosotros? Al ver esos bancos, esos árboles, pensé que jamás podría resignarme a perder su apoyo, aunque más no fuera en esos instantes de comunicación, de misterioso amor que nos unía. A medida que avanzaban esas reflexiones, más iba haciéndome la idea de aceptar su amor así, sin condiciones y más me iba aterrorizando la idea de quedarme sin nada. Y de ese terror fue naciendo y creciendo una modestia como sólo pueden tener los seres que no pueden elegir.

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